miércoles, 19 de agosto de 2020

LECCIÓN 7 Altar de los holocaustos 4

 LECTURA BÍBLICA: Levítico 9:24 / 6:12-13


Comentario Bíblico Adventista 
 [Lev_9:24] Fuego. 

Este fuego podría haber consumido a Moisés, a Aarón y a todo el pueblo (Lev_10:1, Lev_10:2); en cambio consumió las ofrendas sobre el altar. Dios había cumplido su promesa (Lev_9:4, Lev_9:6). Según la tradición judía, el fuego sagrado que en esa ocasión descendió del cielo fue conservado al menos hasta la destrucción del templo de Salomón, y quizá durante más tiempo aún. Dios había aceptado la obra del hombre. 

El santuario había sido dedicado y consagrado. También los sacerdotes. Todos los preparativos estaban completos para ese servicio que habría de continuar durante más de 1.400 años, para ser entonces transferido al santuario celestial. 

[Lev_6:13] El fuego arderá continuamente. 

 Dios mismo había encendido ese fuego (Lev_9:24). Los judíos afirman que ardió continuamente hasta el cautiverio babilónico. Algunos hasta pretenden que nunca se apagó hasta la destrucción final del templo en el año 70 DC. Para mantener este fuego se necesitaba una amplía provisión de leña. Esta era juntada por los sacerdotes que, una vez al año, invitaban al pueblo a ayudarles.

Autoevaluación: 

1. Dios es un fuego consumidor, ¿qué indica que haya descendido fuego del cielo para encender el altar y consumir el sacrificio? 

 2. En el Santuario hay varios “contínuos”. ¿Qué razón puede haber tenido Dios para ordenar que el fuego no se extinguiera? 

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